EL JURAMENTO DE FERNANDO EL CATOLICO EN LA CIUDAD DE CUENCA

Antonio Rodríguez Saiz - Mayo 2018 -

 

Cuando quedaban escasas horas para quien, pasaría a la historia con el nombre de Reyes Católicos, Fernando e Isabel, cumpliese el decimo aniversario de su matrimonio celebrado en el vallisoletano palacio de Juan Vivero, sin aprobación Papal  requisito necesario por el grado de consanguinidad entre ellos (levantada la sanción posteriormente), la ciudad de Cuenca recibía la visita el rey Fernando en uno de los continuos viajes de los monarcas por sus reinos; Corte itinerante -entonces- por pésimos caminos, en carruajes pesados y molestos o en lomos de caballería soportando los rigores y cambios de tiempo.

El hecho de la presencia del rey Fernando en la Muy Noble y Leal Ciudad de Cuenca, cuando ya podía llamarse rey de Castilla, de 27 años de edad, uno menos que la reina Isabel, tuvo lugar el 18 de octubre de 1479. De ello hay constancia en un acta que se conserva en el Archivo Municipal de Cuenca (legajo 200, expte 3) redactada por el escribano del Concejo, Luis de Chinchilla, que junto a este cargo también se ve en aquellos tiempos con negocios de arrendamientos.

Dicha acta comienza así: “En el arrabal de la muy noble e leal ciudat de Cuenca (titulo que ya ostentaba) a diez e ocho días del mes de octubre anno de myll e quatrocientos e setenta e nueve annos este día a la entrada de la Puerta del Postigo de dicha ciudad el muy alto e serenísimo príncipe Nuestro Senor el Rey Don Fernando juro e fizo juramento en forma deuida por su fe rreal…”

Su visita a Cuenca el año 1479 coincide con una serie de acontecimientos históricos importantes, sucedidos ese año, entre ellos: el rey Fernando sube al trono aragonés al morir su padre (19-1 de 1479) en Barcelona a los 82 años, Juan II rey de Aragón, impulsor del matrimonio de Isabel y Fernando; en 24 de febrero se había conseguido la victoria de Albuera sobre los partidarios de Juana la Beltraneja y firmado el tratado de Alcaçobas (4 de septiembre), con la renuncia de Alfonso V y Juana al título de Reyes de Castilla; nace Juana, tercera hija de los Reyes Católicos (6 de noviembre), que sería reina con el desdichado nombre de Juana La Loca. En otro orden de acontecimientos puede reseñarse el fallecimiento de Jorge Manrique en la localidad conquense de Santa María del Campo Rus, a consecuencia de las heridas recibidas frente al Castillo de Garcimuñoz (Cuenca), y enterrado en el Monasterio de Uclés, también de esta provincia.

Según el documento citado, el juramento se celebró a la entrada de la Puerta del Postigo, una de las existentes en la muralla de Cuenca. Para situarnos, estaba en el espacio que hay al subir las hoy conocidas “Escalerillas del Gallo” y comienzo de la calle de las Tablas –en la actualidad lleva el nombre de González Francés, en honor del ilustre sacerdote conquense, que fue canónigo magistral en Córdoba, donde una calle también allí lleva su nombre.

En el momento de la jura del rey Fernando, frente a la Puerta del Postigo, colocó su mano derecha sobre una cruz de plata en un libro misal que ofrecía Fray Guillen Gutiérrez, deán del convento o monasterio de San Francisco de Padres Observantes, situado hacía poniente en los arrabales de Cuenca. En su solar se encuentra actualmente la iglesia parroquial de San Esteban Protomártir.

El monarca hizo juramento en la forma que era costumbre de los reyes que le precedieron. Su palabras manifestadas en el juramento indicaban “que su real senoria guardaría e guardara los previllejos e buenos usos e costumbres de la dicha ciudat de Cuenca e las leyes e prematicas de su reino de Castilla que son a favor de su corona real la cual su alteza dixo que juraba e juro según e de la guisa forma que los muy gloriosos reyes de Castilla la habían jurado e juraron”.

Dos regidores de la ciudad presentes en el acontecimiento, García de Alcalá y Juan de Sacedón en nombre de Cuenca expresaron, como era su deber que así se hacía y pedía “por testimonio para guardar del derecho de la dicha ciudat”.

Los regidores Alcalá y Sacedón pertenecían a familias importantes en la gobernación de Cuenca. El primero fue regidor durante décadas, su apellido era de los más antiguos de Cuenca. En cuanto a Sacedon, su familia vino a Cuenca en 1177 acompañando a rey Alfonso VIII en la conquista.

En la ceremonia de la jura fueron testigos el doctor Álvarez de Toledo, Sancho Platero (procurador sindico), Juan Amigo, Pedro de Cifuentes “El Mozo” (arrendador de porteros de varias puertas de la ciudad, como su padre) y Francisco de Titos (dedicado a la industria textil por herencia).

No hubo presencia del obispo conquense, habitual en aquellos tiempos y otros, en el acto de juramento porque ese año había fallecido el obispo de la Diócesis de San Julián, Antonio Jacobo de Veneris, en Italia, su patria. Hecho ocurrido dos meses y medio antes de este acontecimiento. A su muerte Cuenca pasó por diversos sucesos y controversias entre la Santa Sede y la Monarquía, principalmente sobre la forma de nombramientos del Prelado que, posteriormente se solucionaría en 1480 con el nombramiento para la mitra conquense de Fray Alonso de Burgos.

El juramento ante la Puerta del Postigo fue presenciado por regidores, autoridades y pueblo. Una vez  cumplido el acto público de juramento, quien iba a ser conocido en la historia con el nombre de Rey Católico entró por esta puerta a la ciudad conquense amurallada que se encontraba limpia para la ocasión y adornada con esmero. Celebrándose diversos actos en su honor, con la natural alegría de sus moradores.

Suceso importante acaecido en Cuenca donde años antes (1474), Juan Hurtado de Mendoza, Guarda Mayor y su hijo Teniente de Guarda Mayor habían proclamado a los Reyes Católicos.