EL GOZO DE PEDRO MERCEDES HACIENDO CACHARROS
Alfar
“Piensa siempre y Haz lo que creas. Siempre sin falta, porque ya sabes que contigo hay un prójimo. Y en cuanto al arte no veas meta”.

Así, se expresaba un lejano día, el escultor de Gascueña, Fausto Culebras a su discípulo Pedro Mercedes en la siempre recordada Escuela de Artes y Oficios de la Diputación Provincial de Cuenca.

Percibió y tomó buena nota del parecer y consejos que la corta frase contenía y desde entonces los ha estimado por los mejores recibidos. Y en verdad que son dignos de tenerse en cuenta.

Pedro Mercedes nacido en la calle de Carretería, principal arteria de Cuenca, un ardiente y caluroso día cuando el mes de julio plisaba su hoja sedienta permanece en su alfar árabe, ¡salvadlo!, del barrio de Ollerías en el antiguo Camino de Madrid, sede de los alfareros conquenses, traspasando su nombre por encima de los límites que marcan los cerros del Socorro, Majestad y San Cristóbal, para alcanzar la justa fama y reconocimiento de los elegidos al conseguir con sus manos y el duende del alfar “oreándose a su amor” las maravillas surgidas del agua, fuego, aire, sudor y tierra de Valtardio, Valdecabras …, embriagando la pella de sentimiento y de fe del singular artesano conquense, con toda su enorme expresividad: perdiz, perro, caballo, búho, toro (su animal preferido), siembra, vendimia, siega, presencia de la Naturaleza..., junto al rumor del Xúcar evadiéndose desde ojuelos de Valdeminguete hacia el mar de levante.

Haber visto a Pedro Mercedes, alfarero desde que nació, como transforma el barro abriéndolo entre sus manos para facilitar el trabajo a los pulgares, con el albañal a punto, fue siempre un espectáculo para la vista y el gozo inolvidable, cuya contemplación impresiona el ánimo y estimula.

Alfar

El modelado y sobado de la pella en la cabezuela por sus nobles manos accionando a pie la volandera mientras el objeto, succionando el aroma, envoltura del alfar, va tomando forma y el artesano Pedro, motor y alma lo explicaba a punto del engarce de sus curvas en variadas posiciones era algo verdaderamente inefable que hace exclamar como el poeta belmonteño

“Inmensa hermosura

aquí se muestra toda y resplandece”

Figura Pedro Mercedes, alfarero único e irrepetible, por derecho propio instalado en Ia merecida fama y reconocimiento en vida, algo inusual e infrecuente y si algo hay que añadir a su maestría es su inmenso caudal de sencillez sin exornación y artificio que le hacen además ser querido y apreciado por quienes le conocen mientras su “imaginación y fantasía perviven.

 

Fdo. ANTONIO RODRIGUEZ SAIZ

Profesor del I. E. S. “Pedro Mercedes” de Cuenca