UN PROBLEMA DE UBICACIÓN EN LA CIUDAD

Antonio Rodríguez Saiz

 

En 1.465 cuando, por Real Cédula, Enrique IV otorgaba a Cuenca el título de “Muy Noble y Muy Leal” tenía la ciudad catorce iglesias parroquiales: S. Pedro, S. Nicolás, S. Miguel, Santiago (capilla- catedral), S. Martín, Sta. Cruz, S. Gil, S. Esteban, S. Vicente, S. Salvador, Sto. Domingo, S. Juan Bautista, S. Andrés y Sta.  María La Nueva (ésta última desde 1403 la más moderna, anteriormente sinagoga judía).

A estos templos destinados al culto religioso había que añadir en el siglo XV varios conventos religiosos y ermitas. Un número considerable, si lo vemos con perspectiva  presente, y más aún si conocemos que a principios de este siglo la población conquense  era algo más de 4.000 habitantes y al finalizar el mismo estaba alrededor de 6.000. No deja de ser llamativo que el año 1.493 fue nombrado obispo de Cuenca, Rafael Riario, sobrino del Papa Sixto IV (hermano de su abuela materna) quien durante 25 años que fue titular de la diócesis nunca estuvo en Cuenca, en su nombre fue regida por un provisor nombrado por este prelado.

Por regla general los lugares de oración y prácticas religiosas en las ciudades eran sitios cerrados con algunas excepciones como el altar consagrado al culto, situado al aire libre en el singular barrio de S. Antón, arrabal formado en la Baja Edad Media ( s. XIV)  por la ladera o falda del Cerro de la Majestad.

Dicho altar fue sufragado en su totalidad por  Juan de Rajas ( 1.492 ) y según testigo de la época, “allí decían  misa e asistían a facer oración las gentes de la ciudad“ pero este lugar estaba en un sitio donde se observaban ciertas molestias como veremos a continuación, según  Real Provisión de los reyes ,Isabel I  de  Castilla y Fernando II  de Aragón  y V de Castilla,  el 16 de julio del año 1.494,, fechada en Segovia, ciudad castellana donde habían llegado los monarcas ( dos años después Reyes Católicos ,por bula pontificia) a primeros de ese mes para pasar allí el verano . Repentinamente el rey Fernando enfermó de cuidado e incluso hizo testamento el día 10.

La Real Provisión fue enviada por mediación del escribano, Álvaro Gumiel al corregidor de Cuenca, bachiller Bartolomé Francisco Ortiz como máximo funcionario real donde se requería información según la relación que anteriormente había hecho el procurador “en nombre de las casas de Nuestra Santa María de la Puente e San. Antón “, que le afectaba.

Existían extramuros en la ciudad conquense a finales del siglo XV dos Casas de Mancebía, único lugar donde se ejercía legalmente la prostitución, que era permitida en España desde 1.472, con el preceptivo cumplimiento de las ordenanzas municipales y aceptada por la iglesia y la sociedad, aunque menospreciada, por creer que así se evitarían sucesos de violencia sexual, homosexualidad, incesto, adulterios, etc.

Una de las Casas de Mancebía, era conocida por ” La Garabatea o de Marquina” regentada por Bernaldina Rodríguez, esposa de Juan López de Marquina situada en el espacio existente entre el puente del Canto (S. Antón) y puente de la Puenseca (Trinidad). Este lupanar no ocasionaba molestias externas graves pero sí la otra Casa de Mancebía propiedad de “La Cucharera” esposa de  Pedro de Villarreal que por su lugar de emplazamiento era motivo de malestar, disgusto y pesadumbre en la pequeña ciudad de las Hoces porque, según reproduce el  referido documento real “esta en grande ofensa de las dichas Casas e del Monasterio e de un Altar  que entre las dichas Casa e del Monasterio esta que es Ntra. Santa María de  la Piedad muy devoto , donde dize que  la dicha  Ciudad continuamente concurre a devoción por ser Casas muy  devotas donde continuamente se dizen en ellas los divinos oficios e dize que estando las gentes faciendo oración las Malas mujeres e los que a e ellas vienen estan faciendo deshonestidades a la puerta del Corral de sus voticas (habitaciones alquiladas a las prostitutas) porque se parece dende el dicho  Altar e Casas  e Monasterio , a la dicha  Puerta de la dicha Mancebia de manera que dize que se quitara la devoción de las dichas Casas e Monasterio” y el procurador, por delegación, solicitaba que  la Mancebía  de “La Cucharera” fuese trasladada a otro lugar para que no se perdiese la devoción y respeto a esos lugares sagrados: ermita de Nuestra Señora del Puente ( actual iglesia Virgen de la Luz) , el monasterio- convento de san Antón donde se  cuidaba a los enfermos del “ fuego  de san Antón” fundado por lo Religiosos Hospitalarios a mediados del siglo XIV hasta que fue clausurado ( 22-5-1791) por el obispo Felipe Antonio Solano en  cumplimiento de una bula del Papa Pio VI  y el altar, al aire libre ,dedicado a Santa María de la Piedad, advocación no frecuente en la ciudad (( sí   Virgen de las Angustias) representación de la Virgen con su Hijo Jesús en  sus brazos después de haber sido descendido de la Cruz.

     Como resultado de lo anteriormente expuesto el Concejo de la ciudad de Cuenca decretó el 26 de noviembre de 1494 que las prostitutas que habitasen en la ciudad sólo podían ejercer en la Casa de Mancebía de Bernaldina Rodríguez “por evitar rufianismos e encuviertas que entre ellos y ellas pasan… so pena seiscientos maravedís”.

Medida que no tuvo el efecto deseado por las riñas, alborotos y altercados, sufriendo maltratos la dueñas y mujeres publicas ordenando los miembros del Concejo que Bernaldina Rodríguez tapiase huecos de su casa y la protegiese.

Aunque hubo abundantes normas, decretos, disposiciones etc., la prostitución, en toda la geografía nacional, fue ejercida con más intensidad fuera de las Casa de Mancebía y sería el año 1623 cuando el rey Felipe IV ordenase el cierre de ellas

                                    

                                                    Diciembre 2022

Fuentes consultadas.

Archivo Municipal de Cuenca: legajos, 1262 expediente 9, nota 5 (copia siglo XIX) y 212, expediente 3