Antonio Rodríguez Saiz
Antonio Rodríguez Saiz
Cuando el quinto mes del año en el calendario gregoriano, tercero en el antiguo calendario romano, muestra su presencia en el acontecer de la vida diaria, los jardines y campos hacen patente su esplendor, rebosan actividad impregnándose de cánticos como expresión de fuerza interna, alegría y sentimientos. En mayo el homenaje a la vegetación y el fruto se acrecienta aflorando las pasiones íntimas y nobles de las personas.
Ello no es nuevo, sino que se pierde en los tiempos más antiguos. Estas fiestas que anuncian un canto a la naturaleza y vida, fueron ya celebradas por los fenicios con sus festividades “mayumeas” y cánticos de alborada desde pequeñas alturas para acoger las primeras floraciones.
En “Hispania” se adoraba y celebraba a “Bona Dea” (“Maya o Maia o Fauna”) diosa de la fertilidad y abundancia de frutos, celebrando así la llegada de la primavera.
Después, el cristianismo asimiló gran número de fiestas paganas estableciendo festividades de tipo religioso como la Cruz de Mayo y solemnidades y celebraciones en honor de la Virgen María y los santos, especialmente de San Isidro, patrón de los agricultores, cuyas fiestas se celebran cuando el mes dobla la hoja del calendario.
Los mayos son canciones de amor, primero a la Madre de Dios (desde el punto de vista cristiano) y posteriormente prosigue la ronda nocturna a jóvenes comenzando la noche del 30 de abril.
Son, con palabras del hijo adoptivo de Cuenca y académico Luis Martínez Kleiser “composiciones poéticas que brotan del ingenio popular”.
Otras acepciones pueden considerarse con la palabra “mayo”:
Lo más frecuente y común en nuestros pueblos es plantar el mayo y las canciones. Antes lo hacían los quintos del reemplazo que iban a hacer el servicio militar (hoy no existe), dejando sólo la copa adornándolo con frutos, guirnaldas, banderas, etc. Normalmente se colocaba el día 1º de mayo, aunque ello variaba según las zonas y lugares.
Revista Estampa (12-6-1928)
Mayo y lo que representa ha estado presente en la literatura española. Si nos remontamos al siglo XIII vemos como Alfonso X el Sabio, rey de Castilla y León en su cantiga 406 cuyos primeros versos reproduzco ya dan la bienvenida al mes de mayo.
Ben vennas, Maio e con alegría
poren roguemos a Santa María
que a seu Fillo rogue todavía
que el nos guarde d’err e de folía
Ben vennas, Maio.
Ben vennas, Maio con toda saude
por que roguemos a de gran vertude
que a Déus rógue que nos sempr ajude
contra O dém’ e dessí nos escuder.
Igualmente sucede en el “Libro de Alexandre” (1295) cuando se inicia en España el cultivo de la lengua vulgar:
“ El mes era de mayo
cuando salen las flores
cuando vistien los campos
de diversos colores”
El romancero castellano, también hacer referencia, verbigracia “El romance del prisionero”.
En la pintura podemos ver “El árbol de mayo” óleo de Francisco de Goya, con la celebración de la primavera.
En 1821, durante el pontificado de Pio VII, es cuando la Santa Sede dedica oficialmente el mes de mayo a María.
Cuenca, capital y provincia, tienen una gran tradición, que si es cierto que no pervive con la misma intensidad que antes, sí podemos ver las rondallas con sus instrumentos de cuerda tocando con la púa (o plecto) las canciones populares alegrando las noches de mayo florido y hermoso, como se dice y canta, reflejadas en artículos y revistas – no sólo de ámbito provincial – como puede apreciarse en la revista Estampa de 1928.
Un ejemplo de ello, es la reciente celebración de la X edición de Mayos y Canciones de Ronda “Ciudad de Cuenca” en el Teatro-Auditorio, seguido con gran interés por los conquenses, consolidándose ya este certamen, gracias a la iniciativa y esfuerzo del grupo Rondadores de Cuenca, que inundan, junto con otros grupos, con sus canciones las calles y plazas de Cuenca.
En este enlace puede verse esta actuación.
El “Mayo conquense” es letra de Enrique Chávarri Peñalver, fundador y primer director de “Ofensiva”, armonizada por Enrique de la Hoz, director que fue de Radio Nacional de España en Cuenca “un hombre para la música y para el teatro, el periodismo, la radio y el espectáculo en general”. El arreglo fue del músico y pintor conquense Alfonso Cabañas:
Como ejemplo, uno más de la tradición y arraigo que han tenido los mayos en la provincia de Cuenca, podríamos recordar el año 1954 cuando la ciudad se inundó de varios miles de paisanos de la provincia el último día de mayo, que llenaron las calles, con jóvenes ataviados con trajes regionales, rondallas y grupos de danzantes dando una nota de color que de forma indeleble se grabó en quienes lo presenciamos.
Recuerdo ver desde el balcón de mi casa en la calle Alfonso VIII la procesión con la imagen de la Virgen de la Luz, patrona y alcaldesa de la ciudad, como desde su santuario ascendía a hombros de los conquenses hasta la puerta de la Catedral llamada de San Lorenzo, que se corresponde con la nave de San Cristóbal, del templo. Iba presidida por las autoridades de entonces: Inocencio Rodríguez Díez, obispo; Gabriel Juliá Andreu, gobernador civil; Sebastián Cano Guijarro, alcalde, según refleja la prensa provincial de la época.
En la puerta de la catedral se situaron el obispo y clero y en tribuna especial las autoridades, con un lugar acotado para las rondallas y carrozas, que con cruces de flores, participaron en el desfile.
Dirigía la organización Aristeo del Rey Palomero, canónigo magistral que había llegado a Cuenca tres años antes a ejercer su ministerio. Lo hacía desde los micrófonos de la emisora que organizaba el certamen, que estaban situados al pie de la Cruz de los Caídos, existente entonces frente a la fachada del Convento de las Petras.
Los participantes en el Concurso de Rondallas, Danzas y Coros, fueron:
Como final, fuera de concurso, actuó la Rondalla y Coros de Requena, integrada por 75 músicos y cantores, que gozaba de gran prestigio. Requena pertenecía a la Diócesis de Cuenca hasta que por decreto de la Sagrada Congregación el 6 de junio de 1957 pasó junto con su arciprestazgo a la Archidiócesis de Valencia.
La Schola Cantorum del Seminario Conciliar de San Julián interpretó la Salve Regina del célebre músico vasco Goicoechea.
Al final se cantó el himno a la Virgen de la Luz.
El fallo del jurado declaró desierto el primer premio distribuyendo el importe del mismo entre todos los participantes. El segundo fue para la representación de Huete.
El premio especial de la emisora fue ganado por la Rondalla de Priego.(Siguiente imagen)
Concurso de mayos (6-6-1954)
Al día siguiente festividad de la Virgen de la Luz, después de una misa en el primer templo de la diócesis hubo procesión, desde la Plaza Mayor hasta la ermita de la patrona, algo deslucida por la lluvia.
Mayo de Horcajo de Santiago. (Cancionero folklorico popular. Textos y melodías recopilados por D. Miguel Martínez Millán)
En la actualidad siguen conservándose tradiciones como ésta, gracias a la ilusión de personas que dedican su tiempo y sus conocimientos de forma desinteresada y generosa, que agradecemos.
Antonio Rodríguez Saiz
Mayo - 2016