LA BÚSQUEDA DE UNA SEDE PARA ARTES Y OFICIOS

Antonio Rodríguez Saiz

Las Escuelas de Artes y Oficios se crearon en España el siglo XIX, eran centros formativos donde los alumnos podían fomentar sus deseos artísticos con enseñanzas de tipo técnico, bajo la dirección de profesores competentes en las materias que impartían y así aumentar su nivel cultural

La primera Escuela con este nombre se fundó en la capital de España por decreto de 5 de mayo del año 1.871, donde en la exposición sobre instrucción pública en España el ministro de Fomento, Manuel Ruiz Zorrilla indicaba que “no hay ninguna de tanto interés ni de tan grande trascendencia como la que se refiere a la educación e instrucción del artesano y del obrero que solo por medios de la educación, la instrucción y el trabajo puede llegar a la emancipación suspirada”.

Tendrían que pasar 56 años desde aquel decreto para que, la Comisión permanente de la Diputación de Cuenca presidida por Enrique Cuartero Pascual, acuerde el 2 de febrero de 1927 la creación de la Escuela de Artes y Oficios, haciéndose cargo desde el principio de los gastos que originase su funcionamiento, siendo la enseñanza gratuita.

Poco tiempo después (17 de febrero) se aprobaba el reglamento interno donde se establecían las normas y cumplimientos.

Se crearon, en principio, tres plazas de profesores interinos nombrados por concurso con sueldo de tres mil pesetas anuales que fueron adjudicadas al laureado escultor, Luis Marco Pérez (Enseñanza artística), Joaquín Buendía Villalba (Dibujo) y Manuel Alique Mariana (Enseñanza científica). Su director fue, Manuel López Hernández

Las clases se impartirían en la planta baja del Palacio Provincial a alumnos de doce años cumplidos en adelante, en jornada vespertina.

La inauguración oficial de la Escuela de Artes y Oficios de Cuenca, según la prensa, fue en la tarde del día 4 de mayo de aquel año en acto solemne celebrado en el Salón de Sesiones de la Diputación Provincial presidido por el gobernador civil, Saturnino Echenique Meoqui, notario de profesión, con presencia del presidente y Corporación Provincial en pleno, autoridades, director y profesores, representantes de centros de enseñanza y numeroso público.

Puede considerarse un acierto y éxito la creación de este centro por las variadas enseñanzas recibidas que supuso un aumento en el número de alumnos, buen número de ellos fueron figuras relevantes en su actividad creadora.

En consecuencia, el espacio destinado para impartir las clases resultó insuficiente y fue motivo para que el año 1.931 la Comisión Provincial en sesión plenaria solicitase al Ayuntamiento de la ciudad la cesión gratuita de “El Almudí “para instalar la Escuela de Artes y Oficios.

El espléndido edificio de “El Almudí “fue construido en la segunda mitad del siglo XVI, por Pedro López de Baca maestro de cantería guipuzcoano, destinado para almacén y mercado de granos, situado junto a la muralla de la ciudad, puerta del Postigo y río Huécar. Se remodeló en el siglo XVIII y en la actualidad ha sido rehabilitado a instancias del Ayuntamiento por el Consorcio Ciudad de Cuenca, para ser dedicado, pienso que con acierto, a centro cultural.

El 13 de julio de 1.931 el Ayuntamiento aceptó la cesión de “El Almudí”, modificando al mes siguiente algunos detalles, que la Comisión Provincial después de varias intervenciones acordó aceptar dicha cesión por los presentes “absteniéndose de votar el vocal Sr. García porque como concejal del Ayuntamiento de Cuenca había intervenido en los debates para dicha cesión cuando este asunto se trató en la Corporación Municipal “. Se refería a Alfredo García Ramos que después (1.933.34 y 1936) fue alcalde de la capital.

Por causas que se ignoran la Escuela, después del acuerdo alcanzado, continuó en su precaria sede del Palacio Provincial y no se produjo el cambio a “El Almudí “.

Un dato relevante y significativo fue, se refleja en acta del año 1.932, “Considerando. Que, dado el tiempo trascurrido desde la creación de la Escuela Provincial de Artes y Oficios, con carácter provisional se está en el caso de resolver sobre su instalación definitiva: Considerando. Que tanto por la progresión creciente de la matrícula de alumnos como por los brillantes resultados obtenidos puesto de manifiesto en las exposiciones realizadas a fines de los cursos, es necesaria dicha  Escuela: La Comisión Gestora teniendo en cuenta lo anteriormente expuesto y en armonía con el informe de la Asesoría  Jurídica, Acuerda , Primero: Crear definitivamente la mentada Escuela provincial de Artes y Oficios, dependiente y costeada  con fondos de esta Diputación , siguiendo instalarla en otros locales y Segundo: Encargar al Sr. Presidente y al vocal Don Alfredo García Ramos que estudien , redacten y propongan un Reglamento de régimen  interior de la misma, en el que se fijará naturalmente la situación en que han  de quedar  los peticionarios .“

El problema de espacio perduraba en el tiempo agudizado por el aumento, afortunadamente, de alumnos dado el prestigio que iba adquiriendo la Escuela y en paralelo el aumento de materias añadidas.

Al comienzo de la Guerra Civil, en sesión ordinaria, de la Comisión Gestora el 21 de septiembre de 1.936 “A propuesta de la Presidencia y teniendo en cuenta que actualmente se encuentra deficientemente instalada la Escuela provincial de Artes y Oficios. La Comisión Gestora acuerda rogar a la Unión General de Trabajadores ceda a esta Diputación provincial el edificio Iglesia del Salvador del que se incautó para que en él y previas las obras pertinentes sea instalada dicha Escuela provincial “.

Era presidente, Juan Giménez Cano y vocales asistentes, Antonio Torrero González, Florentino Díaz López y Justo Culebras Culebras, Este último nuevo gestor que en la sesión siguiente fue nombrado vicepresidente.

El día 5 de noviembre informaba el presidente que se estaba “gestionando la instalación de la Escuela en la ex iglesia de “El Salvador” e incluso ya había un avance de distribución de aulas en el interior”.

El profesor y Cronista Oficial de la Provincia Giménez Cano cesó en la presidencia el 21 de diciembre de 1.936 y la iglesia, por motivos que desconozco, no sirvió para el fin solicitado, aunque sí es conocido que se convirtió en depósito de intendencia del ejercito.

Reunido el Consejo Provincial (cambiado por este nombre la Comisión Gestora) el día 19 de febrero de 1.937 el consejero de Cultura, Antonio Dorrego Seoane “propone que se suspendan las clases  para terminar curso… y porque la mayoría de los alumnos se encuentran en los frentes combatiendo… y con el fin en este plazo de instalar definitivamente la Escuela de Artes y Oficios de manera definitiva ,evitando el gasto que provisional supone “.

Después de varias intervenciones de los consejeros provinciales se aceptó la propuesta y la elaboración de un informe sobre la ubicación “. Esto último como habrá comprobado el lector fue una permanente preocupación.

La sesión fue presidida por Dorrego que también era vicepresidente primero; el presidente ausente en la sesión era el gobernador civil José Papi Albert, que anteriormente lo fue de Albacete.

Al final de la Guerra Civil la Escuela de Artes y Oficios, que tan buenos deseos había suscitado en la población conquense y  con excelentes resultados durante su existencia salvando dificultades fue clausurada, asegurando los dirigentes del nuevo régimen que su cierre era motivado porque tenían en proyecto crear en Cuenca una Escuela Provincial de Artesanía, con buena sede y medios materiales suficientes, según afirmaba el vicepresidente Manuel Lledó Briz ,después sería durante quince años  (1941-56) presidente de la Institución, a  CNS (Central  Nacional Sindicalista) solicitando, para ello  colaboración económica  al Ayuntamiento de la capital.

De lo anteriormente expuesto publiqué a un artículo titulado “La Escuela de Artesanía, solamente un deseo “.

La historia en Cuenca se repetía una vez más. Tengamos, al menos, difícil esperanza para que este tipo de sucesos y otros parecidos sean solamente un ingrato y desagradable recuerdo.

 

Diciembre 2024