LA DESAPARICIÓN DE LA CALLE DE CUENCA EN LINARES (JAEN)

Antonio Rodríguez Saiz

 

No es difícil creer que las calles sean representativas de los rasgos y particularidades que identifican, a veces, las ciudades y por ello es infrecuente que las vías públicas entre edificios y solares como define la Real Academia de la Lengua a las calles, estén sin nombre y sus viviendas sin numeración. Omisiones que originan inconvenientes y dificultades, principalmente para servicios postales y sanitarios.

En casos así llega un momento que los regidores municipales hacen frente a esta dificultad y situación negativa planteándose la solución anómala de este asunto, no menor.

Es lo que en su momento hizo Linares (con título de ciudad otorgado por el rey Alfonso XII el 9 de noviembre de 1,875) y que tuvo una pequeña relación con la capital conquense.

Al comenzar el año 1.979 la Policía Municipal de la ciudad linarense confeccionó y redactó un informe donde llamaba la atención y advertía que más de un centenar de calles carecían de denominación que las distinguiera y algunas de ellas eran conocidas por letras mayúsculas con la consiguiente desorientación y confusión a los ciudadanos, originando algunas quejas de los residentes que habitaban en esas calles sin nombres indicativos.

Ante tal cantidad de calles en esa situación el Ayuntamiento decidió dar una solución a este asunto que  llegaría  el  7 de octubre del año 1.980 cuando en la ciudad de Linares se reunió en sesión ordinaria el Ayuntamiento Pleno ,en la Sala Consistorial y  primera convocatoria, donde se trató la propuesta de la Comisión de Policía para denominación de calles hasta entonces inexistente con aportación de nombres de diversa y variada temática: fuentes, ciudades españolas (Guadalajara, Cuenca, Zaragoza, Huesca), países hispano americanos, personajes históricos, pintores, escultores, ríos, útiles de la minería, cantos y bailes populares…

Con anterioridad la Comisión había realizado consultas a los vecinos llegando a varias conclusiones. Una importante fue que los nombres de las calles “carezcan de matiz político para que las mismas no sean cambiadas según los avatares de la historia “, tan frecuente en pueblos y ciudades de la geografía española e incluso fuera de nuestras fronteras.

El Ayuntamiento adoptó el acuerdo de dar nombre a las calles teniendo en cuenta la propuesta presentada, previa deliberación.

Días después en el Ayuntamiento de Cuenca se registraba con el número 6.603 el siguiente escrito dirigido al alcalde:

 “El Excmo. Ayuntamiento de Linares, en sesión celebrada el día 7 de octubre de 1.980. acordó por unanimidad denominar una calle de nuestra Ciudad, con el nombre del de la suya , hermanando de esta forma nuestras poblaciones con vínculos de amistad permanente.

Lo que tengo la satisfacción de poner en su conocimiento a tal efecto”

Estaba datado el escrito el 13 de octubre de 1.980 y firmado por el alcalde de Linares, Julián Jiménez Serrano, socialista histórico de prestigio y oficial de prisiones, profesión que no pudo ejercer durante años por haber sido depurado y apartado del escalafón al terminar la guerra civil, dedicándose al comercio de frutas y hortalizas al por mayor.

Del acuerdo plenario adoptado por el Ayuntamiento linarense de dar el nombre de una calle a Cuenca fue informada la Corporación conquense en sesión del 17 de noviembre según refleja el acta en su punto 8º “Correspondencia y disposiciones oficiales “donde se indica muy brevemente y por unanimidad “agradecer vivamente a la Municipalidad de Linares de su deferencia para con nuestra ciudad”, enviándose por parte del alcalde Andrés Moya certificación del acuerdo tomado.

Ante la escasa información por ambas partes, reducido a dos escritos, en el Archivo Municipal de Cuenca me interesé por conocer más datos que me fueron facilitados en el Archivo Histórico Municipal. Servicio de Documentación y Referencias de la ciudad andaluza, famosa desde la antigüedad por sus importantes yacimientos mineros, principalmente de plomo, que tuvo su mayor prosperidad en el siglo XIX y la mayor parte del XX, cerrándose el último pozo en mayo del año 1.991, entre sus principales causas por el agotamiento de sus yacimientos y la fuerte competencia a nivel internacional.

El informe del Archivo Histórico dice que por iniciativa de la Compañía Minera de Arrayanes se edificaron las viviendas donde posteriormente se rotuló con el nombre calle de Cuenca. En el primer tercio de la década de 1.920-30 del siglo pasado fueron destinadas para residencia de los trabajadores de la Compañía. La zona fue conocida por Barriada Obrera de Arrayanes, aunque en la época de la Dictadura Militar de Primo de Rivera la calle se denominó con el nombre del general.

Es como se ha indicado anteriormente el año 1.980 cuando se pusieron nombres de capitales a algunas calles entre ellas el de la ciudad de Cuenca, nombre que existió pocos años en el callejero linarense porque hacia el año 1.996 se comenzó la demolición de esta zona de viviendas por ocupación ilegal y como indica el informe “La demolición conllevó desafortunadamente, la desaparición, de las calles denominadas Zaragoza y Cuenca. El área demolida actualmente, es una zona de descampado que linda con las instalaciones del nuevo Cuartel de la Guardia Civil”., inaugurado el año 2.012.

No queda nada del lugar que recuerde el nombre de la Muy Noble y Leal Ciudad de Cuenca, ni tampoco una placa rotulada.

   

Fuentes consultadas:

Archivo Municipal de Cuenca. Legajo núm. 120, expediente 48

Archivo Histórico Municipal de Linares. Acta pleno del Ayuntamiento, 7 octubre del año 1.980 e Informe (Expediente 2.053 / 2.025, fecha 10-2-2.025.

 

Marzo 2025