FINAL DEL CINE MUDO Y COMIENZO DEL SONORO

Antonio Rodríguez Saiz

 

Me producen unas sensaciones encontradas de difícil encaje, mezcla de cariño, simpatía, nostalgia, dolor, decepción..., cuando recuerdo edificios conquenses que ya no existen, algunos de ellos no pueden ser considerados de arquitectura notable. Se da la circunstancia que varios de ellos nunca llegué a pisar.

Tengo anclada en mi retina una imagen allá por los años cincuenta del siglo pasado del edificio que estuvo situado, en el llamado Ensanche de las Huertas, entre las calles Hermanos Valdés., Juan Correcher, Gregorio Catalán Valero (antes Conde de Romanones) y Gil de Albornoz. En esta calle dedicada al ilustre cardenal estaba la fachada principal con puertas de cierre metálico extensible de entrada al Teatro Cervantes sólo utilizada su puerta principal, entonces esporádicamente, para la venta de entradas de espectáculos taurinos en días de fiesta. En su parte superior tres ámplios ventanales entre columnas, donde figuraba el nombre de La Fraternal.

Ofrecía un estado ruinoso y abandonado, sin que fuese por culpa de la propiedad el deterior tan notorio.

Fue el Teatro Cervantes un lugar emblemático de Cuenca que estuvo impregnado y colmado de historia por la cantidad de actos y actividades de todo tipo que allí se celebraron: conferencias, conciertos, veladas teatrales, cine, mítines políticos, juegos florales, elecciones de mises, fiestas de carnaval y muchos más.

Su historia arranca cuando el año 1903 se funda en Cuenca la Sociedad Obrera de Socorros Mutuos, La Fraternal, cuyo primer presidente fue, Alfredo García padre de quien después también lo fue y alcalde en la República, Alfredo García Ramos.

Tenía la Sociedad unos objetivos y aspiraciones nobles como eran la mejora material., moral e intelectual; respeto a la persona, trabajo, uso de derechos y obligaciones y demás. En La Fraternal se atendía a los enfermos, se impartía enseñanza en sus escuelas, tenía a disposición una amplia biblioteca, etc.

No es extraño, por ello, que llegase a tener más de quinientos socios, un número muy significativo considerando el número de habitantes de la ciudad. Uno de ellos fue mi abuelo materno,

Fue el día 8 de enero de 1914 cuando La Fraternal adquiere un solar al Ayuntamiento (falto de recursos económicos) en pública subasta por un total de 12.409’ 66 pesetas (incluidos gastos derivados de la compra). Entonces tenía su sede en la calle del Peso número 2. Doce años después, viernes 12 de marzo de 1926 se inauguró el edificio de La Fraternal con gran contento y alegría de los ciudadanos conquenses. Con anterioridad se había habilitado un espacio del solar para sesiones de cine al aire libre que cumplía las mínimas exigencias para ello, una vez construido se denominaría Sala Teatro- Cervantes, inaugurado el 4 de septiembre de 1925, coincidiendo con la Feria y Fiestas de San Julián, representándose la obra dramática en verso de Calderón de la Barca, El Alcalde de Zalamea siendo sus principales artistas, Miguel Muñoz (también director) y Carmen Muñoz Gar. La presentación corrió a cargo del escritor conquense Luis Astrana Marín (n. Villaescusa de Haro).

Pronto se dedicó, alternando las funciones teatrales, a proyecciones de películas de cine mudo.

Durante los años 1927 a 1933, ambos inclusive pueden considerarse que fue en España el periodo de tiempo donde se produciría el cambio de cine mudo al sonoro.

Ello también sucedió en Cuenca precisamente en el Teatro Cervantes donde según prospecto, en poder del coleccionista de recuerdos, Luis Cañas, impreso en los talleres de la Imprenta Ruiz de Lara, incautada en la Guerra Civil y anuncios en la prensa provincial fue el domingo, 28 de agosto de 1932 cuando se proyectó la última película muda titulada, ¡Viva Madrid que es mi pueblo!, que había sido estrenada años antes (1928) en el cine Avenida de la Gran Vía madrileña. Título tomado de una copla flamenca, con algunas reticencias, al principio, en algunos ámbitos pero que resultó ser un acierto.

Película dirigida por Fernando Delgado de Lara con sus principales protagonistas, Carmen Viance, actriz muy destacada en el cine mudo, Celia Escudero, otra importante actriz, conocida por la Greta Garbo del cine español y el famoso matador de toros madrileño, Marcial Lalanda del Pin, guionista con el director, que financió la película que tuvo un coste de 97.893 pesetas, amortizada en Madrid antes de proyectarse en provincias, dato indicativo de su éxito,

Aquel día veraniego, cuando finalizaba el mes de agosto, antesala de las fiestas patronales, éste ¡Gran acontecimiento cinematográfico!, así se anunciaba, se proyectó en el Teatro Cervantes en tres sesiones de tarde, siendo la primera (a las 4) cuando las entradas eran más baratas, 20 céntimos la de general o “gallinero”.

Quiero recordar, aunque brevemente al famoso “gallinero”, tantas veces escuchados sus variados y jocosos comentarios sobre él. Por mi parte me limito a reproducir algunos párrafos que dedicó el célebre humorista conquense, José Luis Coll,  en un artículo ¡ Adiós “ Cervantes” ¡  (1956), cuando el Teatro Cervantes fue demolido y reducido a escombros:  “ se pataleaba, se rugía , se comían las pepitas, había avalanchas tumultuosas, se desencajaban las mandíbulas, se lanzaba a un individuo desde los tramos superiores cuando su pudibundez o su delicado sentido cívico nos sugería humildemente que contuviéramos nuestros delirios entusiastas, en evitación de que las punteras de nuestro zapatos alteraran el orden normal de su columna vertebral “ y añadía,  “ El gallinero del  “Cervantes” era como un monstruo gamberro de donde salían toda clase de sonidos que el cuerpo humano es capaz de emitir. Pero se pasaba bien, Se sabía a dónde y a lo que se iba”.

Al mismo tiempo que se anunciaba la película ¡Viva Madrid que es mi pueblo¡, se anunciaba la próxima inauguración del cine sonoro y aparecían anuncios en la prensa con la noticia de la celebración de una corrida de toros (6 de septiembre), protagonizada por tres grandes figuras del toreo, Marcial Lalanda, Manolo Bienvenida y Domingo Ortega.

No sé si sucedió por casualidad en el tiempo la proyección de la película y el anuncio, repetido en la prensa de la corrida   con la actuación de Marcial Lalanda en el ruedo conquense pero llegado el día la afición que casi llenaba la plaza de toros ante la ausencia del matador madrileño, se sintió defraudada, sin que sepamos el motivo.

Fue sustituido por el diestro mejicano que tomó la alternativa, Luciano Contreras (pitos y palmas) con gran triunfo de los diestros, Bienvenida y especialmente de Ortega.

No hubo inauguración del cine sonoro durante los días de fiestas en honor de San Julián como parecía previsible (4 al 8 de septiembre)  pero sí un buen ambiente festivo y callejero aunque, según estos versos aparecidos en el periódico La Opinión, “Lo mejor a no dudar / es que en estos faustos días / no se habla, ni se comenta / ni se dice  una palabra / de política…, y es esa / la mejor cosa que encuentro / en estos días de feria / “.

Sería el domingo 18 de septiembre de 1932 cuando se inauguraría el cine sonoro en el Teatro Cervantes, dotado de un moderno proyector para hacer bien visibles las escenas en la pantalla unido a una buena sonoridad que se podía comparar, según se comentó, a los que había instalados en los más importantes cines españoles.

El título de la película era “Su última noche” (1931) protagonizada por el catalán Enrique Vilches que rodó en Hollywood una veintena de películas sonoras y Conchita Montenegro de gran belleza y talento, primera actriz española que triunfo en Hollywood contratada por Metro-Golwyn-Mayer.

Con esta proyección sonora se llegó a asegurar que “Cuenca se pone, en esta manifestación del arte escénico español al mismo nivel que las ciudades de primer orden”.

La Sociedad Benéfico Obrera, La Fraternal y el Teatro Cervantes tuvieron un final doloroso y triste el año 1943 con su incautación y declaración de propiedad a nombre de la Delegación Nacional de Sindicatos, sin resarcir por daños y perjuicios a sus socios propietarios o descendientes y en su lugar, años después, se construyó el Edificio de Sindicatos que vemos actualmente en lamentable estado de conservación y abandono, en espera desde hace años, de no se sabe qué.

Mayo 2023