LA IMAGEN DE SAN JOSE OBRERO EN LA IGLESIA DEL POBLADO OBISPO LAPLANA

Antonio Rodríguez Saiz - 2018

 

Hay fechas en la vida de los pueblos que marcan y dejan un recuerdo imborrable por aquello que en un momento determinado significó y perdura. Cuenca, lamentablemente no puede presumir de tener grandes hitos históricos que haya modificado su vida diaria.

En la segunda mitad del siglo XX si existe una efeméride digna de ser recordada: 16 de noviembre de 1960. Se hacía realidad el acuerdo tomado, en sesión extraordinaria del ayuntamiento, el último día del caluroso agosto de 1956, consecuencia del grave problema de viviendas dignas que carecía la capital. En su primer orden del día se había aceptado la propuesta de construcción de 500 viviendas de dos plantas entre el Paseo de San Antonio y la Carretera de Alcázar, así como dependencias necesarias para el normal desenvolvimiento de la barriada.

En aquella fecha memorable de mediados de noviembre de 1960, en presencia del ministro de la Vivienda Martínez y Sánchez Arjona se entregaban las llaves de las viviendas ubicadas en el poblado, “dedicado a la memoria del obispo mártir de Cuenca, Excmo. Y Rvdmo. Don Cruz Laplana y Laguna erigiéndose en su momento y en su honor un monumento en la Plaza Central de la Barriada”, según refleja el acta de la sesión municipal de 15/1/1957. Momento que nunca llegó como puede apreciarse.

Una semana después de aquella jornada histórica que supuso una mejora sustancial y legitima a medio millar de familias se erigía la parroquia de San José Obrero con sede dentro de la barriada y en la plaza que lleva este nombre; fue nombrado para regirla el sacerdote, Domingo Muelas Alcocer que tuvo la difícil tarea de ponerla en marcha en momentos nada fáciles, labor que continuarían el siempre recordado y querido párroco Constantino Carrasco; una calle en la barriada lleva su nombre en recuerdo de su meritoria labor.

Era lógico que el titular de la nueva parroquia tuviera una imagen destinada al culto, motivo por el que en sesión ordinaria de 15/2/1961 presidida por el alcalde, Bernardino Moreno Cañadas figura en el tercer punto del orden del día a estudiar, debatir y aprobar, si procedía “Imagen de San José Obrero para la parroquia del Poblado “Obispo Laplana”.

En ella se estudió el presupuesto del escultor conquense de Pajaroncillo, Leonardo Martínez Bueno de una imagen en madera policromada o piedra blanca de tamaño inferior a 1,90 metros de San José Obrero “que como titular de la Parroquia del Poblado “Obispo Laplana” se ha de venerar en la misma” por importe de 40.000 pesetas.

Según era preceptivo el boceto había sido aprobado por la Comisión Diocesana de Arte Sacro de Cuenca que presidia el obispo Inocencio Rodríguez Diez y compuesta por personas eclesiásticas y seglares, no solo expertos en arte sino con la fe y piedad comprobadas, dispuestos a conducirse con diligencia según las normas establecidas por la jerarquía eclesiástica.

Era una escultura de 1,90 m aprox x 0,64 x 0,66 donde la imagen de San José sostiene con su mano al niño Jesús que lleva en su mano izquierda un martillo y está colocado en un banco de carpintero, donde en su interior se ve un serrucho,  herramientas propias de un carpintero como era el oficio de San José. Se decidió que la confección de la imagen fuese en madera policromada, aceptando su importe de 40.000 que serian abonadas a cargo del presupuesto vigente ordinario correspondiente a ese año.

Fue el escultor Leonardo Martínez Bueno un importante artista conquense en su género junto a sus paisanos Marco Pérez y Fausto Culebras; aunque eso si menos reconocido que estos.

En la ciudad de Cuenca tiene obra civil y religiosa; en cuanto a esta última están las imágenes de los pasos procesionales de nuestra Señora de la Esperanza, Jesús y la Verónica (Jueves Santo); La Lanzada y Jesús Resucitado.

Hay que añadir una Inmaculada Concepción, encargo del ayuntamiento (1950) y Virgen con Niño (1950), ambas de alabastro y una imagen de Nuestra Señora del Sagrario en piedra colocada en la hornacina que hay en la base del Monumento al Sagrado Corazón de Jesús en el Cerro del Socorro.

Coincidía el encargo de la imagen de San José Obrero con lo que puede considerarse la etapa intermedia de su creación artística donde todavía no se había aproximado a la abstracción. Tenía reciente la consecución del premio de la diputación de Barcelona (1959) y beca de la prestigiosa Fundación March.

 

Hacía tres meses que el ayuntamiento había aprobado la realización de la imagen para la parroquia del Poblado “Obispo Laplana”, el ayuntamiento en sesión ordinaria (17/5/1961), deliberó en su punto segundo del orden del día sobre “Anticipo al escultor Martínez Bueno” que ésta había solicitado correspondiente a la cuarta parte del importe establecido (10.000 pesetas).

El alcalde Moreno Cañadas informó a los concejales asistentes que en viaje a la capital de España había visitado el taller del escultor situado en la calle Lista que compartía con su vivienda en la calle Verónica y había podido apreciar que la obra encargada se encontraba muy adelantada; información de la presidencia que fue suficiente para que el Ayuntamiento Pleno unánimemente acordase conceder al escultor Leonardo el anticipo solicitado.

Celebra el Poblado “Obispo Laplana” sus fiestas en 1 de mayo instituidas en el ámbito católico por Pio XII: “Nos, place anunciaros nuestra determinación de instituir como de hecho lo hacemos la fiesta litúrgica de San José Obrero, señalando para ella precisamente el 1 de mayo”.

Hacia coincidir el Pontífice la festividad religiosa con el Día Internacional del Trabajo, fiesta más importante del movimiento obrero mundial, cuyos orígenes se sitúan en 1886 cuando un grupo de trabajadores sindicalistas iniciaron una masiva manifestación en Chicago (Estados Unidos) para reducir su jornada de trabajo a 8 horas y en honor a los “Mártires de Chicago” se declaró tres años después en Paris el 1 de mayo como Día del Trabajador.

En Cuenca el 1 de mayo de 1962 ya se celebró con procesión de la nueva imagen de San José Obrero con salida a las 10 de la mañana, recorriendo las calles del Poblado y próximas (Avenida Reyes Católicos y División Azul, hoy llamada Avenida Castilla la Mancha) con acompañamiento del párroco Domingo Muelas, canónigo Clementino Sanz y un subdiácono. En la presidencia civil figuraba el alcalde, Rodrigo Lozano de la Fuente; secretario del Gobierno Civil, en representación y el delegado provincial de Sindicatos, Andrés Arahuetes Cuadrado.

En la actualidad, y a mi juicio, son una de las fiestas  de más arraigo y mejores de la ciudad de Cuenca.