EL PABELLON POLIDEPORTIVO

“EL SARGAL”

Antonio Rodríguez Saiz - Mayo 2018

 

El deporte como fuente generadora de salud ha estado siempre, en el transcurso de la Historia de la Humanidad, en todas las culturas, cumpliendo una labor importante y beneficiosa de todo tipo incluso más allá de ser una distracción,  esparcimiento, asueto, solaz o juego.

El deporte da carácter a quien lo practica, más compresión sobre sus semejantes, un sentido más generoso y altruista- o así debe ser- e incluso creo que aligera las preocupaciones que la vida diaria proporciona.

Pero para la práctica y promoción del deporte desde su nivel más elemental hasta los de élite o alta competición necesitan capacidad de esfuerzos e instalaciones adecuadas, en la mayoría de los casos; algo que durante muchos años en Cuenca estuvo huérfana. Relatar ahora la orfandad de instalaciones deportivas en mis años de infancia y juventud llevaría un amplio espacio para la descripción de carencias y, afortunadamente es pretérito.

Por ello, confieso que al encontrarme con el texto que reproduzco a continuación me hizo pensar en su significado y oportunidad.

Veamos el texto en cuestión: “La Presidencia expone que ha llegado el momento de iniciar oficialmente las gestiones necesarias para conseguir la construcción en Cuenca de un Centro Polideportivo, a través y con el apoyo de la Delegación Nacional de Educación Física y Deportes. El interés que este proyecto representa para la ciudad es conocido de todos y vendría a hacer realidad, una vieja aspiración municipal”.

Era, Andrés Moya López, alcalde de la capital quien así se expresaba ante la Comisión Municipal Permanente que presidia en la fecha del 23 de febrero de 1968; propuesta que sería apoyada unánimemente por todos sus miembros, de igual forma el compromiso de aportar terrenos para su construcción de forma gratuita y parte correspondiente de los gastos, con el trámite de llevarlo a Pleno para su ratificación y acuerdo definitivo como era preceptivo. Y así, se hizo.

Gracias a los datos aparecidos en el Boletín de Información Municipal nº 72 del año 1972 y Extra del Diario de Cuenca de final del mismo año podemos conocer todo lo relacionado con la construcción del deseado y necesitado Polideportivo Municipal de Cuenca.

Estos datos fueron proporcionados por el arquitecto municipal y director de la obra, Pablo Martínez Pando, de forma detallada y pormenorizada para conocimiento de la población; son la fuente principal para realizar este artículo.

El lugar escogido para la construcción del Polideportivo era el solar donde estuvieron, durante tiempo, las dependencias del Matadero Municipal, hasta el traslado de este al antiguo Camino del Polvorín (hoy calle Guardia Civil), en terrenos adquiridos a Lucio Gómez.

El lugar de emplazamiento elegido para las instalaciones deportivas está próximo al rio Júcar que por tener en sus orillas el arbusto denominado sarga, tan abundante en ríos y arroyos, fue motivo para que al paraje, en un tiempo lejano, se le llamase El Sargal; en ese espacio del rio, en la parte trasera del matadero estuvo también una fábrica de mimbre, con establecimiento público en la calle Calderón de la Barca y la vaquería de la familia Segovia.

La superficie del solar era de 3.448 metros cuadrados y un total construido de 6.262 metros cuadrados.

Entre los principales datos técnicos, según el arquitecto Martínez Pando podemos indicar los siguientes:

  • Las dimensiones de la pista principal eran de 45 metros de largo por 25 metros de ancho, con suelo de madera de Guinea “sapely”, muy resistente, semidura y otras características muy apropiadas para el uso al que estaba destinada.
  • La capacidad en sus gradas estaba pensada para 1.800 espectadores sentados, con un armazón para soportar su cubierta inclinada (cerchas) y su distribución uniforme de peso de 36 metros de luz.

La pista del frontón se hizo más grande de lo usual, con el propósito que fuera practicable para jugadores de pala e incluso para ser posible la práctica del baloncesto. Sus medidas son: 35 metros de largo X 15 metros de anchura X 10 metros de altura y una capacidad, entre las dos plantas, para 650 espectadores sentados. Sus cerchas son de 26 metros de luz.

Además de estos datos se pueden añadir las siguientes dotaciones del centro deportivo, siempre siguiendo al arquitecto proyectista, Martínez Pando, realizadas para el buen fin al que se destinaba esta necesaria obra para Cuenca, quien añadía que estaba dotado de 6 vestuarios para los equipos competidores; 2 vestuarios para jueces o árbitros; 3 para entrenadores; 1 despacho para redacción de actas de partidos celebrados; 1 gimnasio pequeño y 1 sótano. En su parte superior se destinaban 350 metros cuadrados para salón de recepciones con sus aseos; oficinas para administración del Pabellón Polideportivo y aseos para el público. Aún se podía añadir un espacio, entonces para uso indeterminado, debajo del graderío, barajándose la posibilidad de que pudiera utilizarse para bolera.

Las cantidades a satisfacer por los diferentes organismos que soportaban el gasto de la construcción fueron:

  • Delegación Nacional de Educación Física y Deportes, con competencias directas en política deportiva española, organismo en el momento de su aprobación dirigido por Juan Antonio Samaranch Torelló, cantidad a aportar: 6.449.155 pesetas.
  • Comisión Provincial de Servicios Técnicos, institución intermedia entre el Estado y el Municipio, presidida por el Gobernador Civil de la Provincia: 3.640.100 pesetas.
  • Ayuntamiento de Cuenca: 8.298.906 pesetas.

TOTAL: 18.388.161 pesetas.

Esta cantidad era superior en cinco millones y medio de pesetas a lo presupuestado y concurso-subasta; había sido aumentada la cantidad para mejora de la instalación eléctrica y aislamiento de la cubierta.

A todo ello, debía añadirse los gastos de urbanización de El Sargal, recinto o placeta de entrada (2.000 metros) al Polideportivo, aptos para deportes al aire libre y el aislamiento de la cubierta.

Puede decirse que, en total la obra, tuvo un coste de algo más de 27.000.000 de pesetas, pero la obra era necesaria. En aquel tiempo fue uno de los más completos y mejores de España.

Fue en el Pleno Municipal de 15 de octubre de 1970 cuando sus miembros quedaron informados del resultado de la primera fase del concurso-subasta para la construcción del Polideportivo Municipal “El Sargal”. No se presentó nada “mas que una empresa toledana” desconocida en Cuenca y que una vez con informes realizados se deducía su solvencia y capacidad para ejecutar esta construcción, y este día se acuerda la adjudicación para poder realizar al fase siguiente, a Constructora Toledana S.A cuyo representante era, Aurelio González Villarejo, primera construcción que realizaba en Cuenca.

Las obras se hicieron con otras complementarias y mejoras de materiales hasta su recepción provisional que tuvo lugar el día 15 de diciembre de 1972 pudiendo el primer edil, Andrés Moya manifestar en su balance final de ese año que las obras habían concluido felizmente y estaban en disposición de ser utilizadas por los deportistas conquenses, tan necesitados de este tipo de instalaciones en aquel tiempo. Constructora Toledana S.A tendría que esperar a septiembre de 1974 para que el ayuntamiento aceptase la devolución de la fianza de ejecución, cantidad fijada como garantía para asegurar el cumplimiento del contrato.

El tiempo pasa y en la actualidad a este Pabellón Polideportivo de Cuenca “El Sargal”, que como se ha dicho toma el nombre de las plantas que cubrían las orillas del Júcar a su paso por este lugar (final del recorrido en su tiempo de las maderadas, que llegaban por el rio desde la Serranía Conquense), se añaden otros: Complejo Deportivo “Luis Ocaña”; Pabellón Polideportivo “Luis Yúfera”; Instalaciones Deportivas del Barrio de Tiradores; Pabellón Polideportivo “San Fernando”; Complejo Deportivo “Samuel Ferrer” y Pabellón Polideportivo “Fuente del Oro”; a ellos hay que añadir el Campo de Deportes “La Fuensanta”, en terrenos éste, que bien merece una descripción de su donación, vicisitudes y sucesión de acontecimientos. Quizás alguna vez se detallen.