LA ADQUISICIÓN DEL ANTIGUO ASILO DE ANCIANOS DESAMPARADOS

Antonio Rodríguez Saiz

 

Caminar por la parte alta de la ciudad proporciona al paseante sorpresas y sensaciones agradables a los sentidos. Sus rincones, plazuelas, calles y callejuelas ofrecen un extenso catálogo en la Ciudad Patrimonio de la Humanidad.

Uno de los rincones más atractivos y sugerentes es la Plaza de la Meced con sus históricos edificios: Convento de   Mercedarios   Calzados, en un solar de la familia Hurtado de Mendoza, donde se trasladaron en 1684 los frailes que estaban, hasta entonces, en el paraje de La Fuensanta. Destaca su portada barroca de dos cuerpos con escudo familiar y hornacinas vacías que esperan poder albergar, igual que en el pasado, esculturas de imágenes. Su capilla está dedicada a biblioteca del seminario con publicaciones de los siglos XIX – XX   y actividades culturales, en su cripta está el fondo antiguo de gran importancia.

Otra pequeña portada es la entrada al convento de clausura de las monjas Esclavas del Santísimo Sacramento (conocidas también por “Las Blancas”) donde sobresale el escudo de los Hurtado de Mendoza.

Al frente de la Plaza de la Merced se encuentra la fachada principal, edificio de grandes dimensiones, del Seminario Conciliar de San Julián con su notable portada barroca, elegante balcón de hierro y escudo del obispo Florez Osorio, en cuya época se hizo.

Completa el conjunto de edificios EL Museo de las Ciencias de Castilla La Mancha donde en un principio estuvo el palacio de los Hurtado de Mendoza, noble familia conquense y posteriormente el Asilo de Ancianos Desamparados cuya placa de identificación se conserva.

En el antiguo Asilo de Ancianos donde deseo detenerme por haber sido aquel recinto, igualmente que el actual ubicado en otro sitio de la ciudad muy querido de los conquenses por las buenas acciones y obras ahí realizadas durante siglo y medio por la Congregación fundada en 1873 en la localidad oscense de Barbastro por el canónigo chantre de la catedral de Huesca y sor Teresa Jornet  Ibars , natural de Aytona (Lérida).

La dedicación y entrega total de las Hermanitas puede resumirse, en una palabra, amor y la presencia permanente de la recomendación de la santa fundadora en su testamento: "cuidar con esmero a los ancianos; ténganse mucha caridad y obsérvense fielmente las Constituciones”

Fue el  domingo 9 de mayo de 1879 cuando llegaron  a Cuenca, por vez primera  , cinco Hermanitas después de un dificultoso y fatigado viaje  iniciado en tren y después  continuado en diligencia siendo alojadas en el obispado hasta la fundación en la capital, con todo tipo de facilidades  a cargo del obispo de la Diócesis, José Moreno Mazón de quien había partido la idea que se estableciesen en Cuenca, cuando en  la provincia se conocían los problemas de  los ancianos sin familia ,  faltos de ayuda y auxilio.

El edificio de la Plaza de la Merced que durante años fue residencia de ancianos necesitados llegó en un tiempo a una situación con problemas materiales de todo tipo para su habitabilidad y a consecuencia de su estado se construyó el Hogar San José. Hermanitas de Ancianos Desamparados, así rotulado en su fachada, según proyecto del arquitecto y dominico, Francisco Coello de Portugal en el paraje de El Pozuelo. Terrenos que eran propiedad del exalcalde de Cuenca, Bernardino Ángel Moreno Cañadas (28.325 m2) y Francisco Murcia (1385 m2).

La adquisición del antiguo edificio del Asilo de Ancianos Desamparados de la Plaza de la Merced tuvo su inicio en el ofrecimiento de venta por 7.000.000 de pesetas que hizo la superiora de la Congregación, sor Carmen Jiménez Marín al Ayuntamiento de Cuenca, edificado sobre un solar de 2.567, 09 m2 con fachadas al frente de la singular plaza y calle de Santa María; derecha entrada a la Plaza de Mangana; izquierda propiedad de C.  Albendea y en su parte trasera con la calle, Mosén Diego de Valera (Zapaterías).

El edificio principal era de tres plantas, tenía uno más reciente destinado a capilla, otras edificaciones anejas para servicio del Asilo y la planta superior de la casa situada al principio de la calle Mosén Diego de Valera.

A la vista del ofrecimiento recibido siendo alcalde, Juan Alonso Villalobos se solicitó informe al arquitecto municipal, Felix Fernando Barja Noguerol sobre el estado de conservación, medidas, valoración del solar con el índice municipal de valores del suelo y precios de solares del casco antiguo que sirviesen de comparativo. Después de cumplir lo ordenado el arquitecto cuantificó el solar en la cantidad de 3.208.862, 50 pesetas y las edificaciones por 3.972.150 pesetas, resultando un valor total 7.181.012, 50 pesetas.

Esta cantidad como se puede deducir era muy aproximada al precio ofertado por las Congregación y el 18 de marzo del año 1975 con los dictámenes favorables de la Comisión de Hacienda y del interventor de fondos “el Ayuntamiento Pleno por unanimidad conforme con los referidos informes, acuerda adquirir a la Comunidad del Asilo de Ancianos Desamparados en el precio ofertado de 7.000.000 de pesetas libre de cargas y gravámenes el edificio de su propiedad”.

Se realizaba la compra con la probabilidad de poderse ubicar ahí el Archivo Histórico Provincial y otros servicios similares.

Dos años después creada una Comisión Especial “se acuerda en principio sin perjuicio de la tramitación del correspondiente expediente y de la resolución que a la vista del mismo procede adoptar la cesión al Estado con el fin de que quede adscrito al Ministerio de Cultura con el específico objeto de albergar al Archivo Histórico Provincial”, que había sido creado por orden ministerial de 18-12-1948 y estaba alojado en la Casa de la Cultura.

En el citado acuerdo se establecía la obligatoriedad que debía asumir el Ministerio de Cultura de permitir la instalación, también, de archivos existentes en la ciudad, que lo deseasen, eso sí, con clara y total independencia

Tres de los concejales votaron en contra de este acuerdo porque consideraron que al ser destinado para archivo provincial y no municipal creían inconveniente la donación del Ayuntamiento, así como la urgencia de la decisión.

Mientras, el edificio se iba deteriorando progresivamente   y sería ocupado por un grupo de artistas y artesanos con el impulso y decisión de Andrés Moya en su etapa de alcalde, 1979-83, que colaboró con ellos y restaurando las cubiertas. Sin embargo el empeoramiento y desperfectos continuaban.

Transcurrieron 24 años desde la decisión de compra hasta que, por fin, el día 15 de enero del año 1999, se inauguraba el Museo de las Ciencias de Castilla la Mancha, dependiente de la Junta de Comunidades en el antiguo Asilo de Ancianos Desamparados ampliado con una nueva construcción, museo cuya visita es muy recomendable.

Presidió la inauguración, ante numeroso público. José Bono presidente de la Región acompañado de, Federico Mayor Zaragoza presidente de la UNESCO y de tres premios Nobel: François Jacob (Medicina), Jean Dausset (Medicina), ambos franceses y Aaron Klug (Química) nacido en Lituania con nacionalidad Britanica.

   Marzo 2023