CUENCA Y LA CIUDAD ENCANTADA

Antonio Rodríguez Saiz

 

Este es el título de un artículo que fue publicado en la revista “Heraldo deportivo “el día 25 de junio del año 1.915 (núm. 3) que aparecía los días 5-15 y 25 de cada mes durante veinte años, fundada y dirigida por un reconocido periodista deportivo, Ricardo Ruiz – Ferri. Aunque fuese una revista dedicada a temas deportivos también incluía artículos sobre turismo en España porque “la entendía como una actividad deportiva más “.

 “Cuenca y la Ciudad Encantada“ estaba  firmado por DONUVI  y al final del artículo, en nota aclaratoria, se informaba que el autor del mismo era su colaborador, Victoriano F. Ascarza con la explicación, por parte de la redacción,  de ser  un artículo conciso en la explicación de la excursión por las exigencias de espació disponible  (páginas 5-6-7 ) aunque ofrecía  facilitar datos de ella a quienes lo solicitasen e igualmente de aquellos que se publicasen con posterioridad.

El conocido pedagogo, astrónomo y político, Victoriano Fernández Ascarza estuvo acompañado en el viaje por, Mariano Pozo García   jefe de sección del ministerio de Instrucción Pública y secretario de la Junta Central de Derechos Pasivos que después ocuparía otros importantes cargos en el ministerio y ayudaría en las justas peticiones a autoridades de algunas localidades de la provincia. Completaba la comitiva su hermana Lucia y varios amigos.

Tenía Ascarza hacía tiempo deseos de realizar una visita a la Ciudad Encantada porque “De ella habíamos oído juicios contradictorios: desde, “es una cosa única y admirable” hasta el despectivo “no vale nada “.

El relato del viaje de Ascarza y acompañantes desde la capital de España proporciona algunos datos interesantes o, al menos, curiosos.

Fue realizado en tren, segunda clase, con salida de Madrid un día de mayo de 1.915 a las cinco y media de la tarde con una duración de seis horas más una parada de media hora en Aranjuez donde llegaría a las siete de la tarde y en Cuenca a media noche.

En la actualidad este recorrido no puede realizarse porque el último tren que hizo este trayecto fue el 19 de julio de 2.022, después de haber estado en funcionamiento desde el mismo mes del año 1.883.

  El precio del viaje era de 19 pesetas y si el billete era de ida y vuelta, sábado a lunes, el importe era de 22‘50 pesetas e igual si coincidían dos o más festivos seguidos´

  El viajero hacía un llamamiento de atención a los visitantes para no pasar fugazmente por la capital de la provincia y continuar seguidamente hacia la Ciudad Encantada y decía, “Creemos honradamente que comete un error. Cuenca es población pintoresca, atractiva, singular, y merece la visita de un día o por lo menos de unas horas. Quien guste un poco del desnivel de lo atrevido, de lo exótico, no se arrepentirá de la visita. “

De su recorrido por la ciudad, día y medio, recuerda su visita al Ayuntamiento, antiguo Alcázar y torre de Mangana con sus espectaculares panorámicas, fijándose en “las ruinas de las casas víctimas de la incuria humana y de la acción demoledora del tiempo“.

Sobre su recorrido por las hoces del Júcar y Huécar, confieso mi sorpresa y declaro sencillamente que no recuerdo haber leído y escuchado esta afirmación, “que semejan maravillosamente hoces de segador: de ahí su nombre de “hoces”.

No menos extrañeza me produce que a la catedral solamente la menciona sin indicar su estado después del hundimiento de la torre de las Campanas o del Giraldo (13-4-1902), cuya nueva fachada se había iniciado con la primera piedra hacía pocos años antes de la visita (28-9-1.910).

Se invitaba a visitar la hoz del Huécar y dedica este párrafo: “De ella se contemplan casas de un atrevimiento imponderable. Están sostenidas por “palomillas” apoyadas en el acantilado vertical. Debajo de ellas está el abismo. Parecen nidos pegados a la roca construidos por hombres –golondrina”.

De su viaje a la Ciudad Encantada desde la capital el cronista DONUVI indicaba tres itinerarios. En su opinión el más indicado por su espectacular belleza y áspero a la vez era por el caserío de Verdelpino, de propiedad particular y Valdecabras, localidad incorporada al municipio de Cuenca el año 1.975

El tiempo aproximado del viaje en caballería o a pie era de cuatro horas hasta Valdecabras y dos más hasta la Ciudad Encantada, sin contar paradas intermedias durante el recorrido. Las fotografías del reportaje eran excelentes y en opinión de Ascarza eran más expresivas que su pluma, donde finalizaba haciendo una llamada a realizar esta excursión si verdaderamente el lector sentía cariño por lo bello que es lo que ofrecía el recorrido efectuado pese a las incomodidades e inconvenientes del viaje. Un viaje inolvidable a la ciudad de Cuenca, hoz de Valdecabras y las hoces de los ríos Júcar y Huécar.

         Agosto 2023